4 ene 2014

Nocturno de la Sangre - La Fuerza -

La Fuerza 
“¿Es justo ser golpeado por alguien sólo porque es más fuerte?” 

- ¿Cuánto tiempo piensas permanecer ahí parado, chico?. - Clamó una profunda y tajante voz desde la oscuridad

El corazón de Kamîl se estremeció. ¿Cómo había podido ser capaz de descubrirle un simple vagabundo? Durante todo el tiempo que estuvo asesinando ni los más entrenados policías lograban encontrarle cuando se fundía con las sombras.
Sin embargo, ahora el hombre que se encontraba a escasos tres metros de él lo había logrado, y no solamente eso, seguramente lo supo desde el principio.
Este pensamiento recorrió todo el cuerpo de Kamîl, produciéndole un tremendo escalofrío.

- Si no sales tú lo haré yo - Esta vez la voz se encontraba mucho más calmada, casi con un tono de resignación.

El suelo volvió a chirriar. Dos metros... Un metro...
Kamîl no pudo sino retroceder unos pasos, pues una persona que se hubiera percatado de su presencia y aún así hubiera continuado avanzando no debía ser subestimada .
Y la palabra tomó forma, la forma de un anciano cabizbajo de no más metro ochenta de estatura, que se adentraba sosegadamente en la oscuridad observando al joven Kamil, el cual se encontraba completamente paralizado, sin poder ocultar su incertidumbre y, tal vez, su temor.

- No es común que un ladrón se adentre por estas callejuelas en busca que oro o joyas... sobre todo cuando aquí bien sabe que no encontraría nada - Susurró el anciano al tiempo que se detenía a menos de un metro de su potencial agresor.

Levantando la mirada sus ojos se cruzaron y durante un instante , un breve y meticuloso instante, el cazador fue cazado. Los ojos de Kamîl reflejaron ira, miedo, soledad, desesperación... un cúmulo de sensaciones que desnudaron su alma ante aquel extraño individuo.

- Tus movimientos son sigilosos, tu respiración extremadamente limpia y te ocultas demasiado bien para ser un simple ladronzuelo o un asesino de tercera clase. Y a juzgar por tu aspecto, diría que tampoco eres profesional, por lo cual deduzco que debes ser aquel a que los periodistas llaman “La Bestia” ¿Me equivoco? - Preguntó el anciano al tiempo que reía entre dientes.

- Eres muy astuto, viejo - Respondió Kamil mientras retrocedía unos pasos. Había recuperado el control de sus emociones y estaba preparado para afrontar cualquier reto que el destino le obsequiara.

- Dime, antes de morir... ¿Quién eres... cena? . - Gritó el joven asesino con un tono iracundo

- Así que cena. De acuerdo, mátame si eres capaz, veamos si mereces llamarte realmente asesino - Musitó el anciano al tiempo que colocaba sus brazos en posición defensiva y su cuerpo, antes arqueado se erguía hasta sobrepasar la altura del joven en más de dos cabezas.

Kamil cerró fuertemente los puños y se lanzó bruscamente contra su adversario, arremetiendo con todo su peso, con la esperanza de poder derribarlo rápidamente, y de este modo que nadie se percatara de lo que en aquel momento allí estaba ocurriendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario